Autora de la Idea

PBRO. LAURO LÓPEZ BELTRÁN

Hace tres años que la señora Amelia Sodi Pallares -Directora Gerente del Club Deportivo Femenino y Presidenta de la Sección Femenina del Club de Hombres Ranas de México-, pensó en que nuestra Guadalupana Reina tuviera un trono bajo las aguas del mar.
Esta gentil y apasionada deportista del buceo se maravillaba en sus excursiones submarinas de las bellezas insospechadas que se ocultan en el fondo del Océano. De allí le vino la idea de que reinara la Virgen del Tepeyac en ese prodigioso mundo del silencio, donde abunda la vegetación exúbera, donde viven y se mueven en todas direcciones una infinita variedad de peces policromos y donde se admiran los deslumbrantes tesoros de rúbeos corales y madreperlas.

Y fue allá por 1955 cuando al salir a la superficie de las espumantes olas de nuestras mágicas playas de Acapulco, y bulléndole a porfía en su alma el pensamiento de que la Reina de México y emperatriz de América se venerara dentro del mar, al asirse de una lancha y mirar en ella una estampa de la Celestial Señora, se avivó más y más en su corazón tal anhelo. Esta consideración del Club de Hombres Ranas de la ciudad de México, quienes, después de algunas deliberaciones, la hicieron suya con unánime convergencia.