¡EN ACAPULCO, TODOS SOMOS JUAN DIEGO! ¡PORQUE SANTA MARIA DE GUADALUPE, ES REINA DE LOS MARES!
¡A ACAPULCO LA VIRGEN LE DIJO, ESTE MAR ELIJO PARA SER MI ALTAR!
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lunes, 16 de junio de 2008

Aprobación Eclesiástica

En Febrero del 2002, el Arzobispo de Acapulco, Mons. Felipe Aguirre Franco aprobó la iniciativa de un grupo de buzos porteños para que fuese restaurada la imagen de la Virgen de Guadalupe que por muchos años llevaba bendiciendo el islote de la Hierbabuena, por lo que ya giraba sus buenos oficios a efecto de que de ser posible fuese presentada al Santo Padre Juan Pablo II en su próxima visita a la ciudad de México.
Alberto Fares del Río presentó ante el Arzobispado de Acapulco su inquietud en torno a la imagen de la Santísima Virgen de Guadalupe, conocida con el título de "Reina de los Mares", la cual sufría de un gran deterioro por lo que era necesaria su reparación o en su defecto fabricar una nueva con las mismas características, a fin de dignificarla y que continuara siendo un punto de interés tanto para acapulqueños como para los turistas que visitan este destino de playa.
El arzobispo Aguirre Franco avaló a Fares del Río como una persona de reconocida solvencia moral, por lo cual le da su voto de confianza para que consense el proyecto de referencia.
De igual manera designó al Presbítero Juan Carlos Flores Rivas, en ese tiempo párroco de San Judas Tadeo en el Barrio de Tambuco, jurisdicción parroquial dentro de la cual se localiza la imagen de la Virgen, para que junto con Alberto Fares sirvieran de enlace con todos aquellos que se entusiasmaran en dicha iniciativa.

Luego de que la Curia Diocesana en Acapulco entregara la carta de autorización al buzo Alberto Fares para que se encargara de rehabilitar la imagen de la "Reina de lo Mares", sumergida en las cercanías de la isla de La Roqueta, el Arzobispo Felipe Aguirre Franco manifestó que no se "dio preferencia a nadie, todos pueden participar en los trabajos".
Monseñor Felipe reiteró en varias ocasiones que con esta decisión "no se está excluyendo a nadie, todas las personas que quieran colaborar pueden hacerlo sin ningún problema, sólo tienen que acercarse a la Casa Diocesana para externar su inquietud".
Asimismo señaló que se le entregó la carta a Alberto Fares y no a otros como el buzo Alfonso Arnold, porque éste fue el primero que se acercó a expresar su deseo de colaborar con esos trabajos. " Es una de las personas que tradicionalmente vienen sirviendo a esa necesidad de la comunidad".
Aclaró que nadie tenía la exclusividad de llevar el mando de los trabajos de reconstrucción y reparación de la imagen de la "Reina de los mares", pero reconoció que ya Alberto Fares disponía de los aproximadamente 150 mil pesos que serían invertidos para tal labor.
Aguirre Franco explicó que nadie en particular, ni la Iglesia Católica, aportó un determinado porcentaje de dinero para la rehabilitación de la imagen mariana, sino que los recursos provenían de la comunidad en general "de todo aquel que sea bautizado y haya aportado una ayuda".
Sin embargo mencionó específicamente a los miembros del Grupo Aca, quienes pusieron el mayor interés en que se rehabilitara la estatua sumergida en el fondo de la bahía.